Actualizar o reformar la Ley de Fomento a la Cultura y repensar la participación de la ciudadanía, así como los organismos y consejos vinculados a esta ley.
Analizar la Ley de Fomento a la Cultura así como los organismos y consejos vinculadas a ella para reconfigurar la misma desde las diversidades culturales, sexuales, religiosas, filosóficas, ideológicas y estéticas.
Reconfigurar organismos existentes de participación ciudadana, enfocándose en agilizar la interlocución entre sociedad y gobierno, haciendo que ésta sea vinculante con la agenda cultural del estado.
Promover la creación de canales de participación ciudadana y la construcción de plataformas de observancia, como consejos ciudadanos o comités de vigilancia que permitan, de manera permanente, monitorear, evaluar y dar seguimiento a las políticas culturales a implementarse así como a las que se encuentran ya en funcionamiento y a los procesos de gobernanza cultural.
Ampliar y actualizar la definición de ‘cultura’ dentro del paradigma de los derechos culturales y la economía creativa.