Las personas involucradas en el codiseño de políticas marcan toda la diferencia. Invitar y seleccionar personas requiere mucha atención y rara vez es un proceso sencillo. Para comprender cómo podríamos lograr nuestros objetivos para disponer de una gran diversidad de Perspectivas Únicas y ser lo más inclusivos posible, creamos un Plan de Participación y estudiamos cuidadosamente nuestro enfoque para incentivar y retener a los participantes. Ofrecer un pago razonable por el tiempo invertido fue fundamental para esto. Para los 25 lugares del grupo de trabajo
(similares a los Grupos Consultores Ciudadanos) recibimos diez veces más solicitudes. Para ello fue necesario realizar una campaña amplia así como impulsar a las personas de grupos que rara vez se presentan por su cuenta. Una vez seleccionados, nos esforzamos en crear una comunidad dedicando tiempo de calidad a conversar en las sesiones (en línea). También gestionamos con cuidado las expectativas sobre los resultados del programa con la intención de construir confianza atendiendo la idea de que sus esfuerzos no serían en vano.
Una de las posibilidades que buscábamos estaba relacionada con la diversidad de ubicación. La mayoría de las personas del sector cultural viven en la capital, por lo que tuvimos que poner un esfuerzo extra en invitar a los participantes de otros lugares para que se postularan.